Los Orígenes de la Guerra Civil Norteamericana
Los Estados Unidos eran una nación dividida en dos regiones distintas separadas por la línea Mason-Dixon. Nueva Inglaterra, el noreste y el Medio Oeste había experimentado un rápido crecimiento de la economía basado en las explotaciones familiares, la industria, la minería, el comercio y el transporte, con un gran y rápido crecimiento de la población urbana y la esclavitud fuera de los estados fronterizos. Su crecimiento fue alimentado por una alta tasa de natalidad y un gran número de inmigrantes europeos, sobre todo irlandeses, británicos, alemanes, polacos y escandinavos.
El crecimiento económico en el Sur fue dominado por un sistema de plantaciones agrícolas que se establecieron sobre la base de la esclavitud. El rápido crecimiento que tiene lugar en el suroeste, como en el estado de Texas, se baso en las altas tasas de natalidad y la baja inmigración procedente de Europa, pero a pesar de ello era escaso en comparación con el que experimentaban los vecinos del norte. Hay pocas ciudades o pueblos, y poca manufacturación, salvo en las zonas fronterizas. Los propietarios de esclavos controlaban la política y la economía. Dos tercios de los blancos del Sur eran propietarios de esclavos y por lo general no se dedicaban a la agricultura de subsistencia. El apoyo a la esclavitud por parte de los sudistas no solo vino desde el sector económico y político, sino que llego de manera unánime desde todos los sectores de la sociedad sureña.
En general, la población del norte estaba creciendo mucho más rápido que la población del Sur, lo que hacía cada vez más difícil para el Sur, controlar el gobierno nacional. Los sureños estaban preocupados por la relativa decadencia de sus políticas debido a que la región Norte estaba creciendo mucho más rápido en términos de población y en la producción industrial.
En el interés de mantener la unidad federal, la mayoría de los políticos moderaron su oposición a la esclavitud, dando como resultado muchos compromisos para con los sudistas, como el Compromiso de Missouri de 1820. Después de la guerra mexicoamericana, la cuestión de la esclavitud en los nuevos territorios dio lugar a la transacción de 1850. Si bien el compromiso evitó una crisis política, no resolver definitivamente la cuestión de la esclavitud crispo aun más los nervios de una sociedad trágicamente dividida.
En medio de la aparición de ideologías secesionales mas virulenta y hostiles hacia el norte, el colapso de la antigua transacción de 1850 obstaculizado los esfuerzos de los políticos para llegar a una nueva solución del conflicto. El acuerdo que se alcanzó para apaciguar a los sudistas (la Ley Kansas-Nebraska) hizo que la sociedad del norte se indignara. En la década de 1850, con el ascenso del Partido Republicano, el primer gran partido que no contaba con ningún recurso en el Sur, la industrialización del Norte y el crecimiento agrario del Centro-Oeste se convirtió en su principal baza para perseguir la esclavitud.
Por aquel entonces existían (ya desde 1940) numerosos argumentos, ideas y bases que declaraban que la imagen de la esclavitud y la esclavitud en si no eran buenas para la joven nación. Desde la década del 40, los anti esclavistas, señalaron que la esclavitud ya no se trataba de una lacra social, sino que era algo moralmente reprochable e inhumano. Muchos ciudadanos del norte, en especial los que formaban parte del novísimo partido republicano, consideraron y acusaron que la gran lacra social que empañaba el brillo de la nación de las barras y estrellas, venia determinada por el control que los terratenientes del sur ejercían sobre el gobierno nacional, los cuales, según los norteños, pretendían expandir la idea de que la esclavitud era algo natural.
Finalmente el momento de crispación máxima llego cuando En 1860, la elección de Abraham Lincoln, quien ganó las elecciones nacionales sin recibir un solo voto electoral de cualquiera de los estados del Sur, provocó la secesión de los estados algodoneros del sur profundo.
La nación quedo dividida en Norte y Sur, ya no solo por los problemas sociales derivados de la esclavitud, sino por una guerra basada en el poderío económico y político.
Tras la elección presidencial de 1860, Carolina del Sur inicia la escalada de estados que declaran la secesión de la unión. En febrero de 1861, seis estados más se suman a la causa sudista. El 7 de febrero los siete estados rebeldes crearon una constitución provisional para los Estados Confederados de América y establecieron su capital provisional en Montgomery, Alabama. A finales de ese mismo mes, enviados confederados visitaron Washington para paliar la crisis, pero no se obtuvo nada. Entre tanto los rebeldes comenzaron a tomar fuertes de la unión dentro de sus fronteras y los gobernadores de los estados del norte comenzaron a preparar unidades de milicia y a comprar armas.
El 4 de marzo de 1961, el presidente Lincoln juro su cargo y dijo que la Constitución era la unión más perfecta y que ejercía las veces de contrato vinculante, y cualquier llamado intento de secesión era “jurídicamente nulo”. El presidente añadió que no tenía intención de invadir el sur de los estados, ni la intención de poner fin a la esclavitud en los estados en los que existiera, pero que si estaría dispuesto a utilizar la fuerza para mantener la posesión de la propiedad federal. Cerró su discurso con un llamamiento a favor de la restauración de los lazos de unión.
El Sur envió delegaciones a Washington y se ofreció a pagar por los bienes federales y de esta forma entrar en un tratado de paz con los Estados Unidos. Lincoln rechazó cualquier negociación con los agentes confederado sobre la base de que la Confederación no era un gobierno legítimo, y que cualquier tratado con ellos equivaldría a reconocer que es un gobierno soberano. Sin embargo, el Secretario de Estado William Seward participo en unas negociaciones no autorizadas para frenar la escalada de tensiones entre norte y sur.
Ante la negativa, más fuertes de la Unión cayeron bajo el ataque sudista y El presidente Lincoln hizo un llamamiento a todos los estados de la unión para que enviaran tropas para reconquistar los fuertes. Las movilizaciones de tropas del norte comenzaron rápidamente gracias a los preparativos que secretamente varios gobernadores de estados del norte habían realizado los meses posteriores al inicio de las hostilidades de las tropas sudistas.
Cuatro estados en la parte superior del Sur (Tennessee, Arkansas, Carolina del Norte y Virginia), que había rechazado reiteradamente la oferta de unión a la confederación se negaron a enviar fuerzas en contra de sus vecinos, y declararon su secesión, uniéndose de esta forma a la Confederación. Para recompensar a Virginia, la Confederación traslado su capital a Richmond. La ciudad era el símbolo de la Confederación; si cayera, la nueva nación perdería legitimidad. Richmond se encuentra en una ubicación muy vulnerable al final de una tortuosa línea de suministros de la confederación. Aunque Richmond fue fuertemente fortificada. Con su capital establecida y la movilización de tropas, la guerra acaba de dar su pistoletazo de salida.
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